martes, 16 de marzo de 2010

Mi niña tierna

Mi niña tierna no es muy bella ni muy fea.
No es tan inocente ni tan cruel.
Mi niña tierna la tendrás que ver con su voluntad de azar.
Mi niña tierna con un cuerpo nada magistral pero nada mal para despreciar.
No sé que te puedo ver, por eso cierro los ojos al estar contigo y apago la luz de la habitación.
Aun así, tienes algo: una fealdad extraña, una belleza particular.

Mi lugar

Me encanta permanecer a tu lado: morder tu barbilla, ver tus ojos distantes –cuando el placer se apodera de ti –. Acurrucarme en ti es mi parte favorita: cuando me aprisionan tus extremidades siento la aceleración de tu pulso y la agitación de tu respirar. Me presionas con tal fuerza hacia ti, pareciendo que deseas fundir nuestros cuerpos. Adoro que acaricies mi cabello y muerdas mi cuello. Sí, encontré mi lugar. Aquí todo parece bien…