domingo, 19 de septiembre de 2010

No sé cómo empezar. Quizas con una frase muy trillada que no lleve a tanto: La vida es una mierda. He visto  algunas personas escupidas por las fauces del vacío. Son como migajas que no fueron digeridas, ni tragadas. Que no pasaron al otro lado, que se encuentran aquí, que han llegado a esta vida en una situación muy desagradable: Están aquí, incompletos. Parte de ellos fue destruida, desvanecida, tragada y defecada en algún lugar repugnante para jamás volver. Ahora, sólo por accidente o por una casualidad ellos son tan sólo moronas de lo que antes fueron, pedasos de gente de algo que no fue devorado por los afilados dientes del vacío. Ellos están aquí. Su vida se ha ido, pero su existencia permanece.